Como volver... (Por Dama Blanca)
Como volver a empezar si todo ya se perdio?
ni tampoco se dicen las indicadas
Como seguir viviendo en un mundo fantastico,
la realidad te ganó.
Mis comienzos sin tenerte fueron desconsoladores.
Pensé que nunca iba a poder vivir sin vos.
Por momentos pensé que era solo "algo pasajero".
Creí poder vivir con esto un poco mas.
Creía poder saber donde estabas y así controlarte.
Creí en mis palabras, pero no en las tuyas.
Lo viví con esta triste e insoportable idea girando.
Las cosas no son como yo esperaba.
Un día recordé dolorosamente algo.
Tus palabras habían sido: "No quiero verte mas".
Es increible el lugar adonde me condujo esto.
Las bajadas van hacia el mismo lugar: abajo.
Yo bajé. Me hundí, golpeé, lloré, padecí, dormí y desperté.
Solo te pido algo: nunca vuelvas a hacerlo.
Nunca mas vuelvas a decir un "No quiero verte mas".
No en mis sueños, puede gustarme.
Hoy me enteré de una noticia que me causo mucha tristeza: el inminente cierre de "Cleo Urquiza".
Quien sabe de qué estoy hablando sabe lo que un lugar puede significar más allá de su función comercial: Cleo fue un lugar de encuentros, de amigos, y creo que su dueño lo ha disfrutado por demás, y quienes tuvimos la suerte de haber pasado por allí, también (aguante los sandwichitos de miga los sábados al mediodía).
Esto no hizo más que reafirmar una idea que tengo desde comienzos de este año: el 2007 viene cargado de CAMBIOS. Y soy testigo de ello.
Qué será lo que hace que TODO se movilice de manera radical y al mismo tiempo?
Algunos cambios son positivos y otros… no se sabe.
Algunos de estos cambios me tocaron de cerca, otros me salpicaron y otros me pasaron por arriba, a mí o a alguien querido.
Y no hablo de esos cambios que suceden todo el tiempo, los pequeños, de todos los días, esos que suceden casi sin darnos cuenta. No. Hablo de los cambios grosos, importantes y determinantes, de esos que marcan punto y aparte en el libro de la historia de cada individuo.
Es como esas series que tienen un montón de capítulos de relleno y en tres o cuatro capítulos ocurre TODO.La imagen que se me viene a la cabeza es la de un gran cubo mágico en permanente construcción. Ese que tiene millones de movimientos y variantes y que nunca se sabe si será posible que las seis caras alguna vez queden armadas con sus respectivos colores. Quizás si ocurriese eso se acabaría el motor de la vida y la vida sea eso, la constante búsqueda, el constante movimiento, sin saber si algún día llegaremos a formar las seis caras del cubo. O tal vez en el proceso nos encariñemos con la idea de todos los colores mezclados y no busquemos ya armar las cuatro caras .Y quizás esto no signifique conformismo, sino que nuestra visión haya cambiado acerca de lo que buscamos. Y ese sería un cambio más.
Al menos es la impresión que me da lo observado y vivido en mi entorno mas cercano y no tan cercano también.
Mi intención no es otra más que expresar la naturaleza ambigua inherente a todo cambio.
Separaciones, nacimientos, embarazos, mudanzas, comienzos, finales….
Todo final es un comienzo… que será nuevo final y comienzo a la vez…. y así la rueda (o el cubo mágico) seguirá girando. Afortunadamente seguirá girando.
Vainilla:::::
Hans Christian Andersen. Sí, el del Soldadito de Plomo.
No voy a hablar de su biografía, no porque sea aburrido sino porque jamás retengo ese tipo de datos. En los tiempos que corren cualquiera que así lo quiera puede escribir su nombre en algún buscador y encontrará números y nombres y lugares y títulos como para hacerse una panzada. Yo quería hoy en esta invitación que me hace el amigo Monshy hablar un poco de impresiones.
El cronista es un simple lector, bastante olvidadizo, que sólo retiene impresiones de sus lecturas. Y aquí es donde les digo el título de una joyita de la literatura (decir literatura infantil sonaría a menospreciar, ya que mal entendemos generalmente a este tipo de arte) : El Jardín del Edén.
¿Y a qué me refiero con impresiones? Me refiero a todo lo otro que no sea palabras escritas, hablo de sonido de hojas crujientes de bosque oscuro bajo unas botas reales embarradas, de olor a oso polar en el viento, o de olor a camello o azafrán. Hablo del mareo, de la embriaguez de un vino divino, de una gota de trébol. Me gustaría poder hacer un collage acá, más que escribir, y pegarles un pedacito de viento, una gota de ese vino, como para que se entienda mejor. Para las palabras está el maestro Andersen, hacedor de unas porcelanas tan finas y delicadas, que hay que leerlas con mucha suavidad, para disfrutarlas mejor.
Para quienes deseen un segundo plato y tal vez un postre, recomiendo “Claus el Grande y Claus el Pequeño” y “El Traje Nuevo del Emperador”.
Los saludo diciendo: NO LES DIGAN A SUS HIJOS QUE LEER ES BUENO, NO HACEMOS NADA CON ESO: LEAN CON ELLOS Y DISFRUTEN JUNTOS.
Hasta la próxima.
Loquibambia.
[Gracias Loquibambia, que bueno es contar con tu aporte en éstas dimensiones (Stan!)]